5 mitos sobre el trabajo remoto

Desde la pandemia, el trabajo remoto se asentó como una nueva realidad que varios empleados exigen en sus contratos laborales.
trabajo remoto

Con el coronavirus y el confinamiento obligatorio, el trabajo remoto apareció como una solución, en varios casos la única, para poder seguir desempeñando las actividades laborales y disminuir los riesgos de contagio. 

Tres años después del inicio de la pandemia, muchas empresas siguen ofreciendo posiciones que permiten a los candidatos desempeñar un trabajo remoto. De manera similar, existe un amplio número de profesionales que exigen en sus contratos poder ejercer desde su casa o mantener una dinámica híbrida, alternando los días de asistencia obligatoria. 

Como consecuencia, hay una puja entre las empresas que pretenden que todos sus empleados vuelvan a la presencialidad, mientras que ellos negocian por la posibilidad de realizar sus actividades de manera virtual. También sucedió lo contrario, profesionales que desean volver al establecimiento de trabajo y compañías que descubrieron que no necesitan de un espacio común.

En medio de este debate, entidades de todo el mundo realizaron encuestas a jefes de empresas y a empleados para conocer sus posiciones. De esta manera, fue posible encontrar visiones que no necesariamente se corresponden con la realidad acerca del trabajo remoto.

Las actividades laborales desde el hogar son cada vez más frecuentes.

Los 5 mitos sobre el trabajo remoto

  1. Afecta la productividad. Al estar en espacios separados, se considera que esto impide que los gerentes controlen qué están haciendo las personas que tienen a cargo. Al cumplir con las actividades desde casa, las personas pueden conectarse más temprano, disminuyendo el tiempo de desplazamiento y hasta terminar más tarde. La clave es la comunicación.
  2. Disminuye la creatividad. A esta modalidad se le crítica que provoca una menor innovación. Si bien es cierto que no todos los hogares permiten trabajar en espacios tranquilos, es un hecho que quienes logran hacerlo en lugares callados tienen un beneficio que no suele encontrarse en las empresas. Y esto ayuda a la creatividad.
  3. La mayoría de los empleos no pueden realizarse de manera remota. Los trabajos esenciales, aquellos que obtuvieron un pase durante la pandemia, es una realidad que necesitan de la presencialidad. Pero no es verdad que sean la mayoría. De hecho, gran parte de los que se realizan en empresas pueden adaptarse a la casa gracias a los avances tecnológicos que lo permiten. 
  4. Los empleados no se relacionan. Las redes sociales demostraron que es posible establecer amistades sin siquiera haberse visto en persona. Existen personas que se relacionan a través de los videojuegos. El mundo digital es tan amplio que ofrece la posibilidad de conectarse de muchas maneras, en ámbitos profesionales como el trabajo remoto o en ámbitos más relajados. 
  5. Afecta la cultura empresarial. Esta creencia determina que no asistir termina perjudicando el sentido de pertenencia a la compañía. Sin embargo, esto puede establecerse a partir de encuentros de fin de año, celebraciones, fiestas virtuales, capacitaciones y videollamadas que demuestren la existencia de un vínculo.
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