Actualmente los negocios y empresas se están reinventando. En ese contexto, cada vez aumenta más la demanda de perfiles profesionales versátiles y flexibles, que puedan adaptarse a los procesos internos y cumplir con las demandas externas.
Estos nuevos puestos cumplen funciones disruptivas y para ocuparlos, el talento tiene que poder llevar adelante tareas que implican adquirir nuevos conocimientos, demostrando tener la capacidad para responder con rapidez a las necesidades que van surgiendo. Pero, ¿de qué puestos específicos estamos hablando? Acá te contamos todo.
- Director Ejecutivo de Automatización: su objetivo es supervisar la implementación estratégica y eficiente de la automatización dentro de una empresa. Este rol supervisa y gestiona la ejecución de la Inteligencia Artificial para cumplir con la estrategia y los objetivos delineados. También evalúa cómo se emplea la IA y el impacto que su uso tenga tanto a nivel interno como externo.
- Director Ejecutivo de Data: interpreta los datos para darles sentido y utilidad, generando así valor. Este perfil profesional demanda una amplia capacidad de entendimiento e interpretación de la información disponible, en pos de tomar decisiones que aumenten la rentabilidad. Otra de sus responsabilidades es capacitar a los empleados sobre cómo usar datos de manera segura y eficiente.
- Platform engineers: evolución de los DevOps, entre sus responsabilidades, se destaca la optimización de la experiencia de desarrollo, en pos de generar velocidad en los equipos y acelerar la entrega de valor de los procesos.
- Chief Risk Officer: supervisa y gestiona riesgos, a la vez que implementa acciones para identificar, medir y gestionar situaciones. También interviene en los proyectos de inversiones y lanzamientos de productos y servicios.
- Gerente de Calidad: este rol se aboca al posicionamiento y garantía del producto o servicio, en cumplimiento del estándar legal (de acuerdo a las normas vigentes). Sus responsabilidades se extienden a lo largo de toda la cadena productiva, desde la materia prima hasta el bien finalizado, monitoreando todas las etapas y asegurando la experiencia del consumidor. Entre sus funciones se destaca el adaptar y aplicar las normas del Sistema de Gestión de Calidad a las condiciones particulares de la organización y los productos/servicios que ésta ofrece.