Ernest Hemingway fue uno de los autores literarios más importantes de todos los tiempos. Parte del éxito en su trabajo residió en su capacidad de escribir constantemente, conformando una vasta obra que se sigue leyendo incluso casi un siglo después de su muerte.
Hemingway, el autor de obras maestras como Adiós a las Armas, El viejo y el mar y Por quién doblan las campanas siempre fue muy comprometido con su trabajo, escribiendo más de 15 libros hasta su muerte a los 61 años. En el medio, además, luchó en la Primera Guerra Mundial y cubrió como periodista la Guerra Civil Española, dos sucesos que influenciaron temáticamente sus textos.
El truco de Ernest Hemingway para escribir
Para haber podido hacer todo esto, requirió de una constancia y una autoexigencia personal muy elevada. En una entrevista que brindó para The Esquire, una revista de Estados Unidos, confesó cuál era su truco para evitar la procrastinación. Ese mismo método es el que le permitió ganar el Premio Nobel de Literatura en 1954.
En “Monólogo del Maestro”, así fue titulada la nota por el medio norteamericano, el escritor reveló que siempre detenía su escritura en el momento justo: “La mejor manera es siempre parar cuando te va bien y cuando sabes lo que sucederá a continuación”.
Este es el mismo consejo que le dio Francis Ford Coppola, el director de la trilogía de El Padrino, a su hija Sofia, la realizadora de Lost In Translation. Ella confesó que su padre le recomendó siempre terminar el día del trabajo en el guión sabiendo cómo seguiría la mañana siguiente.
“Si haces eso todos los días cuando estás escribiendo una novela, nunca te quedarás estancado», explicó Hemingway. Su truco, si bien referido al campo de la literatura, es igualmente aplicable a todas las profesiones relacionadas a la creatividad. De hecho, no se limita solamente a las artes, sino que puede aplicarse a muchos trabajos de desarrollo tecnológico, que también necesitan de la inspiración y el talento.
La vida de Ernest Hemingway
En el siglo XX, dos autores se destacaron del resto por sus cuentos: Hemingway y Jorge Luis Borges. Sin embargo, las vidas de ambos no podrían haber sido más distintas. El primero fue un hombre de mundo, que combatió en guerras, frecuentaba bares y se peleaba con otros hombres. El segundo conoció la realidad a través de los libros.
Sin embargo, los dos se destacaron por dedicarle su vida a su trabajo. Eso explica que sus obras sean tan amplias y se hayan publicado a lo largo de varias décadas. De hecho, esta característica del autor estadounidense aparece reflejada en Medianoche en París, la película de Woody Allen, en la que el escritor es interpretado por Corey Stoll.