Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina y Uruguay, declaró recientemente en una entrevista con el sitio Ámbito: “Con colaboradores que trabajan más tiempo solos y fuera del ámbito laboral, mayores índices de rotación y nuevas expectativas de las personas en relación al trabajo, las organizaciones enfrentan hoy una exigencia adicional, tanto para lo que son los factores de atracción y retención del talento, como para el trabajo puertas adentro sobre la motivación de los equipos, reforzando el sentido de pertenencia, la identificación y el compromiso, todos factores que impactan en la productividad y los resultados”.
Hay muchas estrategias que las empresas u organizaciones pueden implementar para asegurar que sus empleados y/o colaboradores estén motivados, contentos y comprometidos con su trabajo. Es por eso que hoy te traemos las 5 principales claves para motivar al talento:
- Flexibilidad: este es uno de los factores más valorados por los empleados, dado que facilita el mantener un equilibrio entre la vida personal y la vida laboral. Principalmente se trata de la flexibilidad horaria (poder decidir cuándo trabajar) y flexibilidad en términos de ubicación (poder realizar trabajo remoto). Otro aspecto importante de este factor es poder administrar la carga de tareas con cierta autonomía dentro de un marco determinado con claros objetivos.
- Plan de carrera y formación: la actualización y capacitación profesional es una gran inversión en lo que refiere a talento humano, más en el mundo actual en el que las habilidades laborales tienen una vida útil cada vez más corta y donde el aprendizaje es la clave para mantener la empleabilidad.
- Reconocimiento de logros e incentivos: parace algo muy simple pero la realidad es que el reconocimiento de los logros tiene un gran impacto en la motivación de los empleados. En ese mismo sentido, implementar programas de incentivos, atados al cumplimiento de objetivos, impulsa una cultura laboral proactiva y productiva.
- Participación y autonomía: una forma efectiva de mejorar el rendimiento pasa por empoderar a los colaboradores, acercándoles las herramientas necesarias para que tengan una mayor participación. Es un modelo de gestión que promueve una participación activa y fomenta la responsabilidad y la autonomía a la hora de tomar decisiones o realizar tareas.
