La tecnología es algo vivo que cambia y evoluciona todos los días, esto en combinación con la diversidad y movilidad de la fuerza laboral, hacen que las empresas se encuentren con la necesidad de re-entrenar a su personal. Es que el trabajo se transforma y con él también cambia el cómo se hacen las cosas y el quién las hace.
La encuestadora McKinsey realizó un estudio en el que entrevistaron a cientos de ejecutivos, aproximadamente el 60% aseguró que esperan que la mitad de sus empleados sean re-capacitados o upskilled (capacitados en habilidades o conocimientos superiores a los que tenían en el momento) en los próximos 5 años. Por otra parte, un 28% de los encuestados no descarta el tener que reemplazar personal, aunque admiten no estar preparados para entrenar tanta gente al ritmo actual. La contraparte de la discusión recae en los empleados, quienes manifiestan que cada vez se le debería dar menor importancia a la capacitación, por falta de tiempo o por no considerarla prioridad.
Boston Consulting Group (BCG) presentó un estudio en 2019 según el cual, las habilidades más preciadas en el futuro no serán tanto las técnicas sino las blandas, como la creatividad, la capacidad de interacción y la gestión del cambio. Para las empresas es cada vez más difícil conseguir personal capacitado pero sobre todo que tenga dichas habilidades soft, para manejar de forma efectiva los equipos de trabajo. De ahí que surja la necesidad global de re-entrenar al personal: el trabajo requiere cada vez más de la colaboración en equipo debido a la complejidad de tareas y cantidad de información disponible.
Cada vez son más las empresas que eligen entrenar a su personal en la aplicación de metodologías ágiles, incentivando cierto nivel de autonomía que a su vez impacta en el compromiso del empleado para con la empresa. Este re-entrenamiento es un cambio cultural, donde se promueve la mejora de procesos y la capacitación constante pero con el foco puesto en la calidad de la experiencia humana y en el desarrollo de las habilidades blandas, comprendidas como catalizador del buen desempeño profesional.
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