Competencia emocional: las 3 claves de un aliado para conseguir trabajo

En los últimos años empezamos a presenciar el surgimiento y establecimiento de nuevos modelos de organización, distintos a los tradicionales, orientados al crecimiento de las personas. En todos estos nuevos modelos, las competencias emocionales cobran especial relevancia y resultan necesarias para complementar las competencias técnicas tradicionales.

Podemos destacar tres competencias emocionales distintas que resultan fundamentales para el manejo dentro de los nuevos entornos de organización y trabajo, bajo modelos de liderazgo más bien colaborativo: el autoconocimiento, la escucha empática y el control de la atención. Ahora bien, este tipo de competencias o “habilidades” suelen estar íntimamente relacionadas con la madurez personal, algo que se adquiere con el correr de los años, pero nunca es tarde (o muy temprano) para entrar en contacto con ellas y empezar a desarrollarlas.

-Autoconocimiento: es la capacidad de conectarse con los sentimientos y pensamientos propios, reconociendo tanto nuestras fortalezas como nuestras debilidades o los desafíos que debemos afrontar. Autoconocerse es el resultado de un proceso de reflexión, a partir del cual adquirimos nociones sobre nosotros mismos, nuestra personalidad, carácter y cualidades. Algunas cosas que podemos hacer para entrenar el autoconocimiento son: escribir un diario con nuestros pensamientos y ocurrencias, tomar nota de nuestras virtudes y defectos, ponernos pequeños desafíos que nos ayuden a re-dibujar las limitaciones propias.

-Escucha empática: consiste en oír a la otra persona sin prejuicios, poniéndose en su lugar (empatizar) y focalizando toda la atención en ello. Esto sirve para comprender los sentimientos y emociones de la otra persona, pero también para entender (en el ámbito laboral) sus manejos y decisiones, mediante la comprensión de la palabra, respetando las ideas ajenas sin buscar imponer las propias. Algunos consejos para desarrollar la escucha empática son: no distraerse al hablar con otra persona, hacer contacto visual, asentir (dando a entender que se comprende lo que se escucha) y respetar el ritmo de la conversación. 

-Control de la atención: íntimamente relacionado con la escucha empática pero también con la productividad y el manejo de la ansiedad. Es clave desarrollar tanto un control de la atención externa (es decir, atención a lo que viene de afuera) como de la atención interna (esto es aquello que sucede en nuestras mentes, como pensamientos o sensaciones).

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