El Pensamiento de Diseño, más conocido como Design Thinking, se convirtió en una de las tendencias más populares en el mundo de la innovación y el desarrollo profesional. Pero, ¿qué significa y cómo puede aplicarse a tu desarrollo profesional?
Se trata de una metodología que involucra el uso de la creatividad para abordar problemas complejos y desarrollar soluciones innovadoras. Es una herramienta que se popularizó en los últimos años y cada vez más empresas la están adoptando en sus procesos de desarrollo de productos y servicios.
Esta metodología se basa en el principio de que la mejor manera de comprender y abordar un conflicto es ponerse en los zapatos de la persona que lo está experimentando.
Por lo tanto, en lugar de centrarse en las soluciones, el enfoque se encuentra en entender el problema desde la perspectiva de la persona que lo está viviendo, en un tiempo y lugar determinado.
En el contexto del desarrollo profesional, es una herramienta clave que se encuentra dentro de las metodologías ágiles con el fin de desarrollar ideas y soluciones creativas.
Es una forma de pensamiento estratégico que puede ayudar a las personas y empresas a desarrollar nuevos productos y proyectos a través de una manera más eficiente.
¿Por qué suele ser elegido?
- Es colaborativo: Varias mentes son siempre más eficientes para encontrar la solución a un problema.
- Es optimista: La creencia fundamental es que todos podemos generar un cambio sin importar cuál sea la magnitud del problema.
- Es experimental: Te da permiso para fracasar y aprender de tus errores porque te permite llegar a nuevas ideas, obtener opinión sobre ellas y luego iterar. De esta manera podés avanzar o retroceder a alguna etapa en el momento que creas oportuno.
¿Cómo funciona?
Si querés aplicar el Design Thinking debés atravesar cinco fases:
- Empatizar: Consiste en investigar y descubrir. Empatizar con las necesidades de todas las personas involucradas. Algunas opciones para llevarlo a cabo son: entrevistas, observaciones, etnografía, focus group, etc.
- Definir: A partir de los hallazgos, se define la dificultad o desafío de diseño. Ni amplio ni estrecho, esta etapa invita a la acción.
- Idear: Apertura a todas las ideas de forma creativa y desprejuiciada para luego elegir la más viable y factible. A través del brainstorming se puede realizar este paso.
- Prototipar: En esta fase hay que pensar con las manos, realizar un prototipo de la solución lo más cercano a lo deseado. Algunos ejemplos de cómo implementar esta etapa son: maqueta, prototipo digital, diseño de experiencia.
- Testear: Validar la solución mediante el prototipo. Aquí son claves las pruebas con usuarios reales.
En resumen, el Design Thinking es una herramienta de innovación que puede contribuir a desarrollar tu carrera profesional y tu negocio. Te ayudará a pensar de manera creativa y a desarrollar soluciones para tus problemas.
Si querés mejorar o aprender sobre esta habilidad te recomendamos leer acerca de casos de éxito, trabajar con otros profesionales y practicar la observación, el análisis y la búsqueda de soluciones.